3 de Febrero de 2014

3 de Febrero de 2014
Oligisto oteando el cielo

sábado, 4 de octubre de 2014

El diluvio en el Antiguo Testamento (19)

19. El diluvio en los Salmos


  • El Salmo 29 describe la «visita» así como el «retorno» de las «grandes aguas» por el Señor:

Al Señor, vosotros hijos de los dioses,
dad la gloria, reconoced el poder…
El sonido del Señor está sobre las aguas;
el Dios de gloria, el Señor,
tronó sobre las grandes aguas…
El sonido del Señor es poderoso,
el sonido del Señor es majestuoso;
el sonido del Señor partió los cedros…
Hace bailar como un novillo al [Monte del] Líbano,
y hace brincar al [Monte] Sirión como un toro joven.
El sonido del Señor enciende llamaradas;
el sonido del Señor sacudió el desierto…
El Señor al Diluvio [dijo]: «¡Vuelve!».
El Señor, como rey, está en el trono para siempre.


  • El Salmo 77 recuerda la gran civilización prediluviana y su total desaparición posterior hasta incluso de las huellas del Señor de los nefilim:

He calculado los Días de Antaño,
los años de Olam…
Recordaré las gestas del Señor,
recuerdo tus maravillas en la antigüedad…
Tu curso, Oh Señor, está determinado;
ningún dios es tan grande como el Señor…
Las aguas te vieron, Oh Señor, y se estremecieron;
tus raudas chispas salieron.
El sonido de tu trueno retumbaba;
los relámpagos iluminaron el mundo;
la Tierra se agitaba y temblaba.
[Entonces] en las aguas iba tu camino,
tus senderos en las aguas profundas;
y tus huellas desaparecieron, desconocidas.


  • El Salmo 104 recuerda como los océanos arrasaron los continentes y su posterior retroceso:

Fijaste la Tierra en constancia,
inconmovible para siempre jamás.
Con los océanos, como vestido, la cubriste;
sobre los montes persistía el agua.
Al reprenderlas tú, las aguas huyeron;
con el sonido de tu trueno, se alejaron raudas.
Saltaron las montañas, bajaron a los valles
hasta el lugar que tú les habías asignado.
Les pusiste un límite, para que no lo pasaran;
para que no vuelvan a cubrir la Tierra.
Las palabras del profeta Amós son aún más explícitas:
Ay de los que ansían el Día del Señor;
¿qué creéis que es?
Pues el Día del Señor es oscuridad y no luz…
La mañana se convirtió en la sombra de la muerte,
el día se hizo oscuro como la noche;
las aguas del mar se salieron
y se derramaron sobre la faz de la Tierra.



  • Éstos, en la biblia, fueron los acontecimientos que tuvieron lugar «en los días de antaño»y el «Día del Señor» fue el día del Diluvio.

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